Esta práctica es muy interesante y muy enriquecedora pero para que transmita todo su potencial y todas las habilidades que se pueden desarrollar, es importante comprometerse tanto en su cuidado como en la calidad del mismo.
Los niños aprenden a través de la imitación y, si nosotros como adultos, caemos en la pereza respecto al cuidado animal, estaremos transmitiendo al niño la poca importancia que tiene el bienestar de otro ser vivo en comparación con nuestra comodidad. Todo el esfuerzo que en un principio parecía esperanzador se convertirá en lo contrario de lo que queríamos conseguir.
Lo ideal es observar a los animales en su entorno natural pero en la ciudad muchas veces esto no es posible por lo que recurrimos a zoos, donde los animales no están en sus mejores condiciones.
Razones por las que es bueno convivir con animales
- Es un ejemplo vivo: el niño tiene la necesidad de conocer la naturaleza. A través del contacto con esta realidad, experimentará el mundo de otros seres vivos de una manera tangible y vivencial. Esto hará que interiorice mucho mejor todos los aprendizajes y los haga propios, además de desarrollar habilidades y gustos inesperados para el adulto.
- Trabajo terapéutico: muchas son las terapias donde se utiliza la ayuda de animales para trabajar problemas conductuales o cognitivos. Esto tiene su razón de ser y da para escribir unos cuántos artículos más. Podemos llevarlo a nuestras aulas y casas a pequeña escala.
- Empatía: a través de los cuidados podemos trabajar la inteligencia emocional. Está demostrado que la atención que se presta a un animal está estrechamente relacionado con como nos relacionamos con las demás personas.
- Se observa el ciclo vital: como se nace, crece, reproduce y muere. Dependiendo del animal se tratará antes o después (en un perro 17 años, en un pez entre 1 y 10). Este es un tema difícil para algunos padres con la llegada de un hermano o la muerte de un familiar. Gracias a las neuronas espejo, el niño ve a través del animal un reflejo de sí mismo y como observador objetivo acepta ciertos aspectos de su propia vida.
- Transmite las necesidades vitales: alimentación, temperatura, excreción, respiración, sueño...
- Enseña las diferencias y el respeto de las mismas: entre especies (tipo de respiración) y entre individuos (colores, ritmos, caracteres...).
- Paciencia: vivimos en una sociedad inmediata donde encendemos un aparato y tenemos el entretenimiento sin esfuerzo, trabajar con un animal requiere tiempo y entender la importancia de los procesos.
- Compromiso: para un niño existen pocas oportunidades de aprender, desarrollar y demostrar esta capacidad. Desde la puesta en marcha del hábitat ya se está adquiriendo el compromiso por hacer sentir bien al otro. La alimentación diaria y su observación hacen que sea algo rutinario con lo que es necesario comprometerse.
- Responsabilidad: cuidar de un ser vivo requiere mucha dedicación, pensar en el bienestar del otro y cubrir sus necesidades es algo importante cuando las consecuencias pueden ser tan negativas.
- Motivación: observar a diario e interactuar con algo de lo que te consideras parte es una oportunidad muy bonita para ofrecer al niño.
¿Qué animal escojo para mi casa?
Existen hamsters, pájaros, tortugas, peces, gusanos de seda, reptiles e incluso se pueden considerar dentro de este tratamiento a los gatos y perros, sabiendo que la relación con este animal es mucho más estrecha.
Gusto personal de cada uno: nuestra implicación en el proyecto va a ser decisiva en como reciba el niño la actividad, deberíamos escoger un animal que, por lo menos, no nos produjera rechazo.
Seguridad del niño: por mucho que adoremos las boas constrictor, su aplicación en el ámbito doméstico suscitará dudas de los más miedosos. En el caso de estar muy seguros de querer este tipo de animales deberíamos tener experiencia previa y no ponerlo en práctica con un menor a nuestro cargo que querrá participar en sus cuidados.
Qué aspectos queremos tratar con el niño: un niño que es muy nervioso podría disfrutar mucho un acuario porque trabajará la paciencia, la rutina y su observación le relajará.
La dedicación que vamos a poder ofrecerle: no requiere el mismo tiempo un perro que una tortuga.
El espacio disponible: para que un perro pueda desarrollarse sano tendrá que tener un tamaño acorde con el piso donde va a vivir.
La infraestructura: pensar si tenemos la posibilidad de crear el hábitat correcto para el animal, un terrario, una lámpara con la bombilla que le corresponde...
Disponibilidad de su entorno: si vamos a tener gusanos de seda necesitaremos acceder a hojas de morera para alimentarlos. Si vamos a tener peces asiáticos tendremos que plantar flora de esa zona.
El acuario pedagógico, didáctico o terapéutico.
Yo me decanto por el acuario.¿Por qué?
Considero que lo mejor es crear un ecosistema, donde exista una coherencia entre el hábitat natural y el creado por nosotros. En un entorno acuático cerrado, donde los animales tienen un tamaño tan pequeño, es mucho más sencillo que lo sientan como un entorno natural. Yo me imagino el acuario de mi casa como un charquito de una zona salvaje de asia.
- Cuánto más grande es este requiere un esfuerzo inicial más fuerte y menos mantenimiento a medio plazo.
- Es más fácil la observación global de la vida que habita.
- Podemos ir desde el microespacio de un individuo del acuario, pasando por una hembra y sus crias, por una especie en relación con otra y terminando en como éstos interactúan con la flora al apoyarse al dormir o al buscar comida entre sus hojas (macroespacio).
- Se observa una sociedad en su conjunto y gracias a esa observación global, podemos hacer hincapié
- Diferencias entre individuos: en nuestro acuario tenemos un pez tullido que nada de lado y es de los más longevos de su banco.
- Cooperación: en ciertas especies hay individuos que tienen la necesidad de ir en grupo para sentirse protegidos y encontrar alimento.
- Jerarquía: un grupo (cardumen) de peces suele tener líderes que van en la zona central del banco mientras que en la zona exterior nadan los peces más prescindibles del grupo.
- Son necesarias ciertas nociones de biología y química básica que, simplificándolas pueden ayudar a entender muchas cosas de nuestra huella en el planeta y de cómo éste funciona de una manera interrelacional y procesual.
- Transmite muchísima tranquilidad.
- La variedad de colores aumenta la sensibilidad estética y, en su conjunto, dan una sensación armónica.
- Da un sentido ecológico y sistémico cuando utilizas el agua de los cambios para regar y nutrir las plantas.
- Es respetuoso con el ser vivo al que acompañas porque le das un espacio lo suficientemente grande como para sentirlo suyo.
- Es una forma de vida, lo incluyes en tu día con gusto y placer. Terminas "necesitandolo".
Si quieres montar un acuario en las mejores condiciones, más adelante haré un artículo donde intentaré explicar de manera sencilla cuáles son los pasos que hay que seguir para que sea un ecosistema sano.
Yo se lo recomiendo a todo el mundo, ahora tenemos uno de 500 litros.
Querida Marina ¡¡¡,antes de nada, felicidades por el blog, qué grande eres. Está claro que cualquier mascota tiene sus pros y sus contras. A mí, nunca me gustaron los peces o pájaros como mascota...creo que lo bonito de una mascota es el interactuar con el "dueño" o compañero (me gusta más). Todas las mascotas provocan las responsabilidad en los niños, y hacen que se críen con más cariño y tolerancia. Un perro o un gato, según mi opinión, acentúan ese amor por el otro y ayudan en la educación del menor. Un beso al rey de la casa, Javi ¡¡¡. Migue, tu "plimo"
ResponderEliminarLo primero de todo darte las gracias por tus ánimos y por tus comentarios.
EliminarEstoy de acuerdo contigo en que desarrollar una relación más personal con tu mascota es algo precioso y muy agradecido. ¡Que alegría cuando te saludan con tanto amor!
Este tipo de animales ayudan mucho a niños con problemas relacionales como los diagnosticados con autismo. Respetan tanto los ritmos del niño...
Un abrazo enorme (y unas cuantas babas de Javito)