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domingo, 3 de noviembre de 2013

Diferencias entre niños y niñas. ¿El juego infantil está influido por su sexo? Igualdad de género - Louann Brizendine

¿Cultura o Biología?

A nivel mundial se han observado diferencias en las conductas de juego de niñas y niños, lo que ha llevado al debate sobre la responsabilidad de estos comportamientos, ¿son las diferencias biológicas o son las culturales? ¿Es verdad que existen diferencias? Vamos a dar un paseo por este tema tan políticamente incorrecto.

Etología

Queriendo desentrañar la incógnita de la diferencia de sexos se han hecho diversos estudios en monos para observar las diferencias de su comportamiento y así entender y comparar la evolución de la especie.

La principal investigación que se centra en este tema estaba a cargo de Michael Mesnick. Se les ofreció a monos macacos rhesus juguetes tipicamente masculinos y tipicamente femeninos, se midió el tiempo que jugaban con cada uno y el resultado mostró que a los machos les gustaban más los camiones y las hembras no tenían una preferencia muy marcada.

¿Por qué?

Es posible que se quiera cumplir con los patrones que dicta su sociedad, en la que existen reglas fijas que las crías a lo largo de su madurez van interiorizando y haciendo suyas.
Pero también es posible que los diferentes sexos tengan diferentes necesidades y un juguete con ruedas haga predominar el movimiento, satisfaciendo unas necesidades de desarrollo que priman en su "yo". No es el juguete en sí lo que prefieren, sino la posibilidad de acción que ofrece el objeto.

Neurología

¿Con qué nacemos?

A las 8 semanas de vida fetal no existe diferencia sexual en el cerebro del embrión ¿tanto cambia nuestro cerebro?
Todos empezamos con circuitos cerebrales de tipo femenino aunque exista una diferencia cromosómica (XX oXY). En este momento el feto masculino comienza a liberar testosterona de tal manera que impregnan algunos circuitos cerebrales de ciertas zonas con esta hormona y los transforman del tipo femenino al masculino.
En el momento del nacimiento hay áreas del cerebro que son más grandes que otras (por ejemplo las conexiones del impulso sexual son el doble en los niños que en las niñas).

El 99% de nuestro ADN es idéntico pero el flujo de hormonas cambia ciertas zonas cerebrales, incrementando o no circuitos o conexiones de ese lugar, es por ello que el tamaño es diferente en un sexo que en otro.

¿Cómo vamos cambiando en la infancia?

Desde el nacimiento hasta los 24 meses se van incrementando las diferencias físicas y neuronales de niños y niñas, esto es debido a la pubertad infantil. Durante los primeros 9 meses la testosterona en los niños aumenta en altos niveles, en las niñas dura hasta los 24 meses la liberación de estrógenos.

Resulta muy difícil para la neurociencia hacer avances en las respuestas conductuales por la dificultad de estudiar su cerebro durante las conductas de juego en un escáner cerebral (donde tienen que estar quietos).
A los 4, 7 y 9-10 años vuelve a haber grandes cambios hormonales que incrementan de nuevo cambios en el cerebro infantil.

Cordelia Fine "Los circuitos del cerebro son un producto de su entorno físico, social y cultural, sus costumbres y sus pensamientos" "El género como fenómeno social es parte de nuestra circuitos neuronales".


Sociología

Indudablemente en la sociedad estamos expuestos a ciertos condicionamientos, en la familia observamos un ejemplo vivo del sexo propio y percibimos lo que esperan de cada uno.
En la escuela adultos y niños también transfieren sus percepciones a los más pequeños, los iguales en sus juegos van mostrando al niño lo que ellos mismos han aprendido.
Y no hay que olvidarse los medios de comunicación y los juguetes, los niños son unos buenos consumistas y las industrias utilizarán todas las estrategias necesarias para conseguir adeptos.

Lise Eliot: los cerebros de los bebés son tan maleables que las pequeñas diferencias que pueden existir en su nacimiento se amplifican a través del tiempo por su relación con el entorno, que sin saberlo refuerza los estereotipos de género

Las mujeres prefieren el rosa, los niños los camiones


En un estudio de la oncólogo Kat Arney se observó que las mujeres preferían los colores rojizos, esto estaba estrictamente relacionado con la preferencia de las niñas y el rosa. En este estudio se sugiere que las mujeres podrían preferir estos colores por su legado de recolectoras donde tenían que identificar bayas y frutos para alimentar a la tribu. Esta idea, junto con la de que los hombres tienen interiorizado su antepasado cazador, es desarrollada con muchísima gracia en la obra El cavernícola (el género desde el punto de vista antropológico).

Sin embargo los niños menores de dos años no tienen preferencias en colores, lo que sugiere que esta preferencia no es innata, o es aprendido del entorno o es fruto del desarrollo evolutivo. (Melissa Hines)
Lo mismo ocurre con la preferencia de los juguetes. A los 12 meses el 57% de las niñas que participaban en el estudio miraron antes a la muñeca que al coche, en los niños fue el 56%) A los 2 años cambia la preferencia a la imagen del coche siendo un 48% de niñas las que miran el coche primero y un 52% los niños.
Si existen ciertas diferencias pero son tan sutiles que no tiene sentido que toda una industria como la juguetera base sus estrategias de marketing en algo tan poco esclarecedor.

Autopercepción: etapas del desarrollo

  1. Los bebés: la auto-percepción comienza en la propia familia, se dirigen hacia los bebés verbalmente como "chicos" o "chicas" lo que va haciendo en el niño una diferenciación de quien es él o ella. También el tipo de juego que los adultos ponen en práctica con ellos es diferente. De manera no consciente se ha observado que a las niñas se las acuna y habla más, mientras a los niños se les suele sostener de una manera más erguida y se les trata con más movimiento. 
  2. Primera infancia (3 primeros años): Para los niños el sexo es algo superficial, creen que las diferencias residen en el aspecto físico(el corte de pelo, los colores de la ropa, ciertas prendas...). Si vistes a un niño con tutú y tacones pensará que es una chica y no cambiará de idea hasta que comprenda que la apariencia y la realidad son cosas diferentes. Experimento de la inamovilidad: se les enseña un perro real  y se les pregunta que es. Le ponen una máscara de gato y se les pregunta que parece y que son en realidad. Con 3 años aunque conocen las diferencias en la apariencia, no saben que las diferencias biológicas son las que marcan la diferencia sexual.
  3. A los 3-4 años: entran en un mundo muy diferente donde los estereotipos priman hasta que caen en la cuenta de que nunca cambiarán de sexo que pasan a aprender como debería comportarse su sexo y buscan normas bien definidas. Rechazan el contacto con el sexo contrario porque creen que debería alterar su propia identidad.
  4. Con 7 años viven una etapa extremista en la que afianzan todo lo que han aprendido sobre la diferencia entre sexos, siguen rechazando el sexo contrario. Aceptan los roles de género y buscan un lugar en un grupo de amigos del mismo sexo. 
  5. Pre adolescencia: comienzan a interesarse por el otro sexo, juegan juntos y comienzan con el coqueteo propio de una edad en la que su cuerpo vive grandes cambios hormonales. 

Diferentes hemisferios - diferentes formas de aprender

Todo lo anterior, tanto la rigidez de las reglas sociales como los cambios hormonales que vive nuestro cerebro hace que existan ciertas generalidades respecto a las habilidades que son más fáciles o usuales para hombres-niños y mujeres-niñas.



En el sexo masculino se suelen realizar más actividades donde predomina el hemisferio derecho, en él priman el espacio y el movimiento. Por ello es un tópico la imagen de un niño jugando con cochecitos o legos.
En cambio en el género femenino se utilizan más a menudo las actividades donde se combinan ambos hemisferios desarrollando más las capacidades del lenguaje y la comprensión de emociones. En este caso se da el tópico del clásico juego de "papás y a mamás" o las palmas.

A través de la observación muchas personas dedicadas a la educación o la psicología, entre las que me incluyo, han hecho ciertos análisis en las que niños y niñas destacan más realizando algunas tareas o progresan más rápido en algún aprendizaje concreto.
No quiere decir que un género sea mejor que otro en ningún área pero sí que ayuda a comprender mejor ciertas debilidades que tenemos los adultos al tratar con los niños. Por ejemplo, por cada niña diagnosticada en Trastorno por Deficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) hay una media de 3 o 4 niños.
Y ya en una edad más avanzada es un hecho el que hay diversas carreras profesionales donde hay un mayor número de mujeres y otras donde hay un mayor número de hombres (en mi universidad de 3 clases de 50 alumnos había 2 hombres).
Ser diferente no es un problema, el problema es ser tratado diferente


Algunos ejemplos en los que se ven las estas diferencias pueden ser que a las niñas les resulta más fácil aceptar las normas y como consecuencia aceptan con más agrado el orden y la limpieza, mientras los niños modifican estas realidades creando nuevas maneras de hacer, tardan más pero son más perfeccionistas.

También suele haber diferencias en el aprendizaje precoz del lenguaje de las niñas, ellas son más fantasiosas creando historias y describiendo lugares mientras que los niños utilizan la fantasía y el lenguaje para crear un entorno donde prima el movimiento "soy un super héroe que lucha contra el mal". Esto se pone de manifiesto en el aprendizaje de la lectoescritura, que resulta más fácil para las niñas adaptarse al método más tradicional mientras ellos se aburren antes estando sentados en las aulas. El método de lectoescritura que utilizan en la pedagogía Waldorf incluye en este aprendizaje a un perfil mucho más amplio, centrándose en el niño y su desarrollo más que en el método.

Capacidades como la conquista de la altura en las construcciones o la paciencia en la observación del crecimiento de un tomate son más características de los niños.
Personalmente considero que los objetivos a largo plazo se consiguen igual pero la manera de aprenderlo y el tiempo que requiere cada proceso es diferente en cada niño, en cada sexo y en cada edad.

¿Que hacer desde la casa? Los juguetes y los ejemplos

- Aunque nuestros hijos tengan más preferencias por unos juguetes es nuestra responsabilidad el ofrecer todos los elementos de juego que puedan necesitar, por ello es imprescindible crear un espacio para juego simbólico (muñecos y cocinita), otro de construcciones, otro de movimiento... Cada área es importante en su desarrollo aunque habrá momentos y épocas en las que los niños dispongan más a menudo de unos objetos que de otros.
Especialmente quiero destacar la importancia del juego simbólico, que es la manera que tiene el niño de imitar y así interiorizar sus vivencias y percepciones del mundo adulto. Esta necesidad de juego (tanto del simbólico como de movimiento) es independiente del sexo del niño.

- Disponer de variedad de vestuario, aprovechar un espacio con telas que favorezcan la posibilidad de disfrazarse y así "convertirse en otra cosa".

- Crear momentos que satisfagan las necesidades que no podido cubrir en otra circunstancia: si los niños están mucho tiempo sentados en la clase es importante que hagan ejercicio físico compensando la balanza de los ritmos.

- Utilizar muñecos y muñecas poco definidos para no condicionar al niño. De esta manera ellos pueden expresar cualquier situación, independientemente de la emoción, de la imagen o del contenido de ella.

- Intentar no crear ideas estereotipadas como la fuerza de los niños o sensibilidad en las niñas. Podemos cambiar los patrones y alabar todas las virtudes de nuestros hijos independientemente de su sexo.

- Tanto nosotros como los niños deberíamos tener relaciones de amistad con personas de ambos sexos (y culturas, y profesiones, y razas y...).

- Ser un ejemplo vivo, no ceñirnos a unos roles cerrados de género. Intentar variar, o transmitir esa separación de tareas como algo organizativo o de placer y no sexista.
(La palabra convence, el ejemplo arrastra)

- Trabajar la inteligencia emocional, siempre es importante hablar de las emociones que tenemos y comprender las de los demás, como afectan nuestros actos a las personas de nuestro alrededor y como podemos responsabilizarnos de ellos.

-Conocer las etapas del desarrollo de nuestros hijos y así poder comprender mejor los cambios que están viviendo en cada momento.

-Dejar de lado los prejuicios y a las ideas convencionales sobre el género, transmitir respeto por las diferencias y la naturaleza de nuestro cuerpo.



"La falsa imaginación te enseña que cosas tales como la luz y la sombra, el largo y el alto, lo blanco y lo negro son diferentes y tienen que ser discriminadas. 
Pero ellas no son independientes la una de la otra; ellas son aspectos diferentes de la misma cosa, son conceptos de relación no la realidad. "

Buda Gautarama

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