Esta práctica es muy interesante y muy enriquecedora pero para que transmita todo su potencial y todas las habilidades que se pueden desarrollar, es importante comprometerse tanto en su cuidado como en la calidad del mismo.
Los niños aprenden a través de la imitación y, si nosotros como adultos, caemos en la pereza respecto al cuidado animal, estaremos transmitiendo al niño la poca importancia que tiene el bienestar de otro ser vivo en comparación con nuestra comodidad. Todo el esfuerzo que en un principio parecía esperanzador se convertirá en lo contrario de lo que queríamos conseguir.
Lo ideal es observar a los animales en su entorno natural pero en la ciudad muchas veces esto no es posible por lo que recurrimos a zoos, donde los animales no están en sus mejores condiciones.