En los momentos de servicio se puede caer en una tendencia de pasividad por parte de los niños. Muchos son los lugares donde los niños comen en bandejas individuales, son servidos por sus cuidadores y ni siquiera son conscientes del esfuerzo que supone elaborar una comida o barrer un suelo...
En el colegio aprovechamos la oportunidad para hacer un trabajo pedagógico. Creamos un ritual de entrega y preparación en favor de la necesidad del grupo.
El comedor es un momento distendido, de disfrute; un pequeño grupo de encargados desarrolla la labor para todos.
Colocar las mesas y las sillas, contar el número de comensales, tener en cuenta todas las necesidades que tendrán.
Es un momento de risas, matemáticas, atención y sobre todo trabajo en equipo.
Por otro lado, fortalecer la voluntad es un gran trabajo de la educación primaria; sólo siendo capaces de hacer seremos capaces de ser.
Lo podemos realizar con las diversas actividades de nuestro horario como artesanía, acuarela; pero también con las partes prácticas de la vida que necesitamos compartir a diario con las personas que vivimos.
Preparar este momento es un acto de entrega y trabajo en equipo hacia nuestro trocito de sociedad, es un trabajo hacia las personas con quien compartimos la convivencia.
Quien sabe; quizá, en un futuro, repercuta también en las personas con quienes compartirán su convivencia.
“Hay una fuerza motriz más poderosa que el valor, la electricidad, la energía atómica: la voluntad”
Albert Einstein
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