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miércoles, 29 de octubre de 2014

Separarse por primera vez

Dos años en brazos y nueve meses juntos.
Juegos en el regazo, saltar en la cama, contar cuentos en el suelo, lavar la ropa a mano, cocinar la comida, cantar canciones para relajarnos, darnos largos baños... Pasear en la laguna y ver las estaciones, aprender a coger a las hormigas, tirar piedras y palos al agua, jugar con la arena, oler las flores,  jugar con la lluvia, acariciar a cada perro de la calle, saludar a cada persona, ir un ratito a jugar con los amigos del grupo, pedir y pagar el pan, visitar a la abuela, observar al jardinero, al carnicero o al albañil, al tren, al autobús o al camión...


Nuestra vida tiene un parón y comenzamos a escribir un nuevo episodio. Yo estoy llena de una misma emoción: Miedo.
A que sufras o a que disfrutes sin mí,
a que seas más feliz que conmigo o más infeliz que conmigo,
a perder el control
a dejar de protegerte
a que sufras estrés y soledad
a que te enfades por no tener a tu lado a la persona que necesitas
a que aprendas más rápido de lo que debes
a no respetarte lo suficiente
a que no te respeten lo suficiente
a que pierdas tu esencia dulce, tranquila y observadora
a que me odies por dejarte
a que conozcan todos nuestros secretos
a sentirme desnuda contigo como la ropa que me han arrebatado
a abrir las puertas de mi casa y mi corazón y dejar entrar juicios y preguntas.
a los cambios desconocidos que están por llegar
a no saber como continuar sin ti
a no saber que se me da bien si no es cuidarte
a no conocer a los que vendrán
a no poder querer a otros como te quiero a ti
a no poder enseñar todo lo que me has enseñado
a que nadie me acepte como tu lo haces
a haberte utilizado
a echarte de menos
a perderme tu infancia
a perderte

Y me impongo la Esperanza
De que aprendas a vivir con otros
De que investigues lo que quieres aprender
De que compartas con alguien lo que yo no puedo entender
De que nos enseñes en casa a respetarnos más
De que conectes con las capacidades que no vemos que tienes
De que conozcas tus emociones y aprendas a enseñárnoslas a los demás
De que puedas expresarte con libertad
De que juegues lo que sufres
De que veas cosas que yo no te sé mostrar
De que tengas otro mundo que te refugie cuando necesites sentirte querido
De que te encuentres en paz
De que vivas la infancia
De que seas feliz

No sentía nada parecido desde que enfermó mi padre, en ese momento no hubo segunda parte, no había esperanza y no decidí separarme, estuve a su lado hasta que él decidió irse. Hice lo que sentí y gracias a eso ahora puedo vivir con paz.

No sé si en esta situación lo mejor es obligarte a irte o esperar a que seas tú quien decida marcharse, no sé si la maternidad permite vivir en paz algún minuto de la vida ni si la sociedad y mi pequeña sociedad nos permitirían vivir en ese oasis. No sé si esas burbujas de felicidad te darán una personalidad sana y fuerte o serás alguien enfadado por no tener lo que tuvo y nostálgico extrañando lo perdido.


Hoy no encuentro equilibrio y está claro que si algo se puede hacer mal yo lo hago mal :)

Que difícil es verte sufrir, que difícil es saber que estás sufriendo.

La magia de verte crecer ha sido mi libertad y por eso hoy mi esta es mi banda sonora


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