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lunes, 17 de julio de 2017

El pensamiento científico y el sentimiento de humildad




Conservar esa capacidad de parar; de mirar sin tener un objetivo, de observar sin conocer, de poder sentir lo que hay fuera sabiendo que estás dentro.
Si pudiéramos conservarlo, entonces el mundo estaría repleto de artistas, científicos, filósofos... Personas abiertas al conocimiento y al entendimiento.



El pensamiento científico que queremos que acompañe al descubrimiento va junto a un sentimiento de humildad.

En Cosmos Neil DeGrasse, habla de cómo todo el conocimiento que poseemos del mundo que nos rodea está basado y regido por las normas de la ciencia:

“El método científico es tan poderoso que en tan solo cuatro siglos hemos pasado de la primera vez que Galileo usó un telescopio para ver otros mundos a dejar nuestras huellas en la Luna. Nos ha permitido ver a través del espacio y del tiempo para descubrir dónde y en qué momento del Cosmos estamos.”

Nos habla de cinco normas para tener una mente científica.
- Cuestionar la autoridad: ninguna idea es cierta porque lo diga alguien, por muy importante que sea.
- No creer en algo sólo porque queremos creer algo, creer en algo no lo convierte en realidad.
- Demostrar ideas por experiencias, seguir las pruebas donde nos lleven a través de la observación y la experimentación.
- En caso de no tener pruebas reservarnos los juicios.
- Cuestionarse a uno mismo, recordar que uno puede estar equivocado, incluso los grandes científicos se han equivocado. Newton, Einstein y otros grandes científicos de la historia, todos han cometido errores.


Por último, Neill DeGrasse, nos invita a hacer dos reflexiones que están íntimamente relacionadas con el objetivo de María Montessori de educar para la paz.

- La ciencia es un bien mundial, si es de dominio público menos oportunidad hay de que una minoría poderosa la utilice de un modo dañino.

- Todos estos valores debilitan el atractivo del fanatismo y de la ignorancia. 


Cambiemos la educación para cambiar el mundo

 M. Montessori.


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