Copyright © La magia de crecer
Design by Dzignine
lunes, 8 de junio de 2015

André Stern: El entusiasmo como motor de aprendizaje. La ecología de la infancia


André Stern es de las pocas personas de la época y el mundo moderno que no ha sido intervenido en su juego y su desarrollo durante toda su vida. 

Su padre, Arno Stern, padre también de la educación creadora, decidió no llevar a su hijo al colegio y no ejercer ninguna intención educativa que partiera desde el exterior, respetando sus procesos e intereses sin tener una gran preocupación en quién sería mañana, atendiendo a quién era cada día. 

Hoy, con 44 años dirige un teatro y el instituto que lleva el nombre de su padre. Es músico, escritor, colabora con varios proyectos científicos y en su vida afectiva tiene muchas relaciones, está casado y tiene un hijo. 
¿Se podría decir que es una persona exitosa? Yo creo que Ken Robinson le entrevistaría. 

Actualmente André escribe y conferencia sobre esta experiencia que él vivió de niño y adulto y que vive ahora como acompañante de su propio hijo. 
Gracias a Con mirada de niño el pasado viernes y sábado pudimos absorber con cada poro de nuestra piel el entusiasmo y la pasión que este hombre vive y siente por el aprendizaje y por la vida. 
Comparto aquí sus ideas, un punto de encuentro entre observación y ciencia.


¿Qué hace un niño cuando se le deja tranquilo?


Si uno pone un hueso de mango en agua y observa cómo a los días van saliendo ramas y palitos nadie diría "¡Que super hueso!" Es su naturaleza, es el equipamiento innato que no ha sido frenado. 

Todos los niños juegan: en una guerra, en la miseria, en el lujo... Incluso cuando están muy enfermos. 
La neurobiología dice que no hay ninguna herramienta mejor para aprender que jugar. 

Pero hoy en día hemos conseguido separar el juego de aprender. Tenemos una escala de seriedad y es a lo más serio a lo que debemos atender. Entonces un niño vive que su principal referente le pide que deje de jugar para empezar a aprender. Para él esto es una incongruencia, es como respirar sin tomar aire. 
Pero el niño nunca cuestiona al adulto, piensa que es su culpa. Gracias a la neurobiología se ha observado que en esta situación se activan los mismos circuitos cerebrales que el dolor. 

"El juego es el único sitio donde la realidad y la fantasía tienen un punto de encuentro. 
La única forma de vivir y revivir situaciones peligrosas desde la seguridad. "


El juego es nuestro "jugo-gástrico intelectual"

Confianza


Nuestros cerebros no están programados genéticamente como se ha creído durante largo tiempo. 
Al comprobar que el cerebro es un músculo entrenable intentaron realizar ejercicios en escuelas pero no hacían este efecto. 
Nuestro cerebro se desarrolla cuando lo utilizamos con entusiasmo

En el estado de entusiasmo no hay límites, al final de los filamentos de las neuronas existen unos neurotransmisores neuroplásticos que actúan como si fuera abono. 
Cuanto más entusiasmo utilizamos más se crea. 
En los niños de 2-3 años hay una tormenta de entusiasmo cada 2-3 minutos. 


"Hay un genio en cada niño, hay un genio en cada uno de nosotros que en realidad está esperando a que nos entusiasmemos con algo."

Para eso tenemos que liberarnos, por ejemplo de las jerarquías de los trabajos y las materias. Los niños no las conocen, demuestran el mismo entusiasmo por el que limpia las ventanas que por un astronauta. 

Esto no es un método, es una actitud y puede aplicarse a cualquier lugar o circunstancia. 



La ecología de la infancia


Nos lleva a preguntas como ¿Qué enseñarle al niño?
Desde esta nueva actitud la pregunta sería ¿qué puedo aprender del niño?
En apertura de espíritu los niños son maestros, nos enseñan el camino que no debemos dejar. Estar con el otro sin prejuicios, van hacia el otro sin tener en cuenta el color de su piel o su edad. 
No necesitan aprender la tolerancia porque ya la tienen
Teniendo en cuenta las diferencias llegamos a sitios que no llegaríamos solos. 

"Ir al inmenso mundo al encuentro del otro es nuestra disposición espontánea."


La enseñanza familiar no es ni enseñanza ni familia y tiene los inconvenientes de uno y otro. 

Imaginemos un sitio donde hay niños agrupados con criterios absurdos: la enseñanza en escuela

-Edad: si estás en un trabajo o en un grupo de amigos nunca te relacionas con personas de tu misma edad. Hay que buscar la diversidad en el niño. 
- Sitio dónde viven: se encontrarán personas que tengan la misma capacidad económica, el mismo tipo de trabajo, la misma forma de pensar...
- Intereses comunes: encontrarás la misma cantidad del mismo conocimiento en el mismo momento. Al ser el mismo conocimiento no habría un intercambio, no habría un enriquecimiento. Sólo queda una posibilidad: compararnos. Si sabes más que yo te voy a odiar y al contrario, así es como nace la competencia y es la peor forma de relación entre las personas. 


La respuesta del "Sí, pero..." es la última solución que encontramos ante un proyecto que podría realizarse. 
Es lo que hace que nuestros sueños no se hagan posibles. 

"Cuando buscas lo que es imposible lo encuentras, podríamos buscar lo que lo hace posible. No tiene porque ser objetivo o mejor, es simplemente otra posibilidad. "

Por eso cuando digo que el niño está listo para encontrarse con el ancho mundo me dicen: "Sí, pero... cuando sea mayor."


El niño que sale al inmenso mundo


La historia de la cosechadora

Antoná recibió como regalo antes de los tres años una cosechadora (un tractor al revés),  no sabía lo que era y explicarle en el Febrero parisino lo que es es cosa imposible, lo vieron en internet. 
Estuvo todo el invierno usando su cosechadora arriba y abajo del pasillo. En el siguiente verano iban con el coche y "¡Mira una cosechadora!". 
Pararon el coche y se acercaron al campo que estaban recolectando, se quedó mirando seriamente, inmóvil como se acercaba hasta que frente a sus pies esa gran máquina paró. "¿Quieres montar?" Pasaron dos horas. 
El agricultor le dijo "Hace cinco días que estoy aquí y nadie lo ha visto, el primero es Antoná, no solo lo ha visto sino que lo admira". 
No sólo habían pasado muchos días sin que nadie se diera cuenta, habían pasado muchos años sin que nadie lo viese realmente, sin que lo admirasen. 
Al terminar le pidió el teléfono y al día siguiente a la 7 de la mañana le llama: "Soy el conductor de la cosechadora y tengo una máquina que Antoná no conoce. Tráemelo y si no tienes tiempo yo lo cuido."

"Este es el niño que sale al inmenso mundo, cambia todo para él y para la red de personas que están a su alrededor. "



La historia del camión de basura


Nunca había visto como subían los cubos al camión así que acompañan a los basureros de casa en casa. Ellos se dan cuenta y les pasa lo mismo que al conductor de la cosechadora. No sólo les mira, les admira. No conoce la jerarquía. 
Hacen su trabajo pero un poco diferente, se mueven distinto, como un baile. Entonces le enseñan como al subir el cubo da un golpe arriba y suena muy fuerte y si le das al botón de nuevo vuelve a sonar. 
¿Qué hacen? Están jugando, están entusiasmados. 
¿Cómo sería la ciudad con este aire?

Cuando dicen: "es increible que constancia, que concentración, que seriedad, que profundidad..." Están describiendo a la infancia. 

"No es nada especial, es un niño. Algo que desconocemos en la ciudad y en la vida. "

"Desde este lado del espejo existe un mundo en el que cada persona sentirá que es visto y que es apreciado. "
  
Es una actitud nueva que libera de la ironía que tenemos hacia la infancia. No digo que seamos malos, forma parte de los genes mentales de nuestra sociedad, es nuestro patrimonio moral, lo transportamos aunque nuestra observación nos diga lo contrario. 

La ironía infantil

Si te arranco una uña te hace daño, si te excluyo de un grupo al que quieres pertenecer te haré aún más daño. Son las mismas redes neuronales que se activan.

Lo que le decimos cuando le hablamos con un tono infantil es: "Aún no formas parte del grupo de personas que se merecen que les hable de esta forma."
Ellos ven cómo nos tratamos entre nosotros y ven que con ellos es diferente.

"Puedo mostrártelo todo pero no puedo enseñarte nada"


¿Que fuerza tenían sus padres para contener la presión del mundo, los juicios? 

Los padres de André no tenían confianza en ellos mismos, la confianza la tenían en el niño.

"Es muy difícil confiar en uno mismo, pero es muy fácil darle al niño esa confianza. "

La contracorriente: se ha descubierto que los peces que nadan a contracorriente no hacen esfuerzo, abren las aletas delanteras de tal manera que crean un vórtex, que es lo que les empuja. Cuanta más corriente, más rápido van ellos. 
Esta actitud es tan nueva que deja atrás a la crítica. 

La Adolescencia


Es un concepto adulto que hemos creado desde la sociedad. El niño no hace estas diferencias, o hay niño, adolescente, señor. No se está esperando entonces no existe. 
La sociedad post-edipo ha empezado. Es una creación alrededor del recorrido escolar: si no hay pasos, maternal, primaria, secundaria... Te desarrollas de forma contínua. 

"Soy un niño de 44 años porque no he conocido la crisis de la adolescencia." 

No he tenido que atraer la atención, siempre he sido el objeto de atención. 
No ha habido necesidad de ganar una independencia que yo tenía desde siempre. 

Ser un ejemplo

Vemos un poco nuestro pasado en los niños, el niño que fuimos o el que habríamos podido ser. 
Ellos ven en nosotros lo que será la responsabilidad. ¿Qué es lo que queremos que vean?
Yo no tengo una vida para que tu tengas una mejor. De mayores ellos acudirán a esos recursos y los repetirán. 
Somos un ejemplo: como padres, como amigos, como miembros de esta sociedad... ¿cómo queremos que vean? ¿qué modelo queremos vivir delante de sus ojos?

"No se puede convencer, se puede vivir. Es un ejemplo que podemos SER. "

- Mis padres no esperaron a que se dieran las condiciones ideales o propicias. Nuestro saber, economía, tiempo... Si todo es tan ideal, entonces vamos a respetar las condiciones espontáneas del niño. 
En realidad todo decía: "Sí, pero..."
Pero ellos no concebían otra realidad, por ejemplo no concebían tener que despertar a sus hijos por la mañana. Entonces tomaron una decisión e inventaron día a día, euro a euro las condiciones posibles. 
No se puede imaginar el mundo al que el niño se dirige cuando va al inmenso mundo porque eso cambia el mundo. 

"No significa que tengas que sacrificar tu vida para que él sea feliz, porque será el ejemplo que seguirá. 
Si quieres que sea feliz, sé feliz. "




6 comentarios:

  1. Muy interesante, me interesa este punto de vista, evolucionado y conciente

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Fue muy enriquecedor escuchar este punto de vista de una persona que ha sido respetada en todos sus procesos de vida.
      Para él es un modo de vida totalmente integrado en su ser.

      Eliminar
  2. Excelente aporte el de este artículo, realmente es hora de respetar el tiempo de los niños y brindarles la confianza que necesitan para desarrollarse y que elemento más enriquecedor que el juego, creador de risas, mundos, fantasías y realidades.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Cualquier modo de expresión tiene un punto placentero, un punto integrador y un punto terapéutico.
      Démosle las gracias a estos grandes "pedagogos del juego": la familia Stern o Bernard Aucouturier son unos buenos aliados.

      Eliminar
  3. Gran artículo, quizás deberíamos dejar que los niños se desarrollasen jugando como lo que son y no pretendiendo que sean algo antes de tiempo que probablemente luego no sean!

    Gracias por la información, muy interesante.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. “Nos preocupamos por lo que un niño será mañana, pero se nos olvida que ya es alguien hoy”. Stacia Tauscher

      Eliminar