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viernes, 24 de mayo de 2013

Teoría del Apego (Parte 1) - Experimentos: la madre suave, la situación extraña y John Bowlby


En el último siglo ha habido muchos cambios en el tipo de atención que se da a los niños. La escolarización y la no violencia física son batallas que se ganaron hace mucho, pero hoy en día también se lucha. Se lucha por la calidad en la atención, por el cariño, por el respeto, por la adecuación al desarrollo del niño...
Con este artículo pretendo desgranar cuáles son los motivos que llevan a esta nueva tendencia, ¿tiene sentido la teoría del apego? ¿Responde a las necesidades de los niños o de los padres? ¿En que se basa? ¿En qué consiste?
En esta primera parte vamos a hacer un análisis de las bases científicas en las que se sustentan todas las acciones englobadas en la crianza natural. En la Teoría del Apego (Parte 2) hablaremos de su importancia y cómo formar esa relación.

Todo empezó a principios y mediados del siglo XX se hicieron estudios, primero con patos (Konrad Lorenz) y más tarde roedores y monos, donde se observaba el fuerte vínculo materno-infantil que se creaba sin que esto tuviera relación directa con el alimento y la protección (Harlow, Bowlby, Ainsworth). Estudios posteriores han confirmado estas teorías en personas (Schaal, Klaus, Winnicott) y se han complementado no sólo con estudios observacionales.

El experimento de la madre suave 

(Harry Harlow)
Se separaba a una cría de macaco de su madre biológica y le reunían con dos madres sustitutas artificiales, una madre de red metálica con un biberón que proveía de alimento al pequeño, y otra madre hecha de felpa que transmitía calor.
El bebé sólo acudían a la madre metálica cuándo necesitaban alimento, mientras que en la madre de tela pasaban horas (un 90% del tiempo) y se guarecía en ella cuando se sentía asustado.
Cuando el macaco era trasladado a un hábitat que no conocía se aferraba a su madre de tela buscando cobijo y si no la encontraba vivía momentos de estrés produciendo episodios de llantos y gritos que cesaban al reencontrarse con ella.

Otro aspecto que se observó fue que las crías que habían tenido exclusivamente a la madre de alambre engordaban y crecían al mismo ritmo que  los que tenían a su madre de tela con la diferencia de que los primeros tenían a menudo episodios de diarrea.

Harlow llegó a la conclusión que la falta de un referente materno creaba un estrés en la cría que afectaba negativamente a las digestiones y afectaba a la capacidad de manipulación y exploración.
Aspectos que se consideraban inalterables por su importancia en el desarrollo físico.

También observó que las crías de manera instintiva buscan el contacto, a esto ha respondido Myron Hofer desentrañando la importancia de la regulación física (ej. temperatura corporal o rítmo cardiaco), y como la separación condiciona fuertemente la vulnerabilidad a la enfermedad.


Estudios en personas por John Bolwlby, la teoría del apego



Bowlby determinó que las relaciones intrapersonales son imprescindibles para el desarrollo psicológico.
Tuvo mucha relación con etólogos europeos, especialmente con Robert Hinde, y fruto de esa relación comenzó a desarrollar su trabajo que se centró en el papel de la madre y la repercusión de su privación.
Estudió casos de niños hospitalizados, niños sin referente materno, niños huérfanos...
Fue el pionero en hablar sobre la teoría del apego: la búsqueda de proximidad a una figura de apego en situaciones de alarma.
Los bebés se apegan a los adultos que son sensibles y responden a las interacciones sociales con ellos, y que son cuidadores permanentes durante un tiempo en el periodo comprendido entre los 6 meses y los 2 años.

Las respuestas que da el cuidador llevan al desarrollo de patrones de apego que guiarán los sentimientos, pensamientos y expectativas en las relaciones posteriores. Considera que sin esta relación segura no se producirá el desarrollo social y emocional normal.

Las situaciones que interfieren en este vínculo va a tener efectos negativos sobre la estabilidad y el desarrollo emocional y cognitivo a corto plazo y posiblemente a largo también. Ejemplos de ello podrían ser la separación repentina del niño y sus familiares o la incapacidad del cuidador de responder con sensibilidad y responsabilidad.

En relación a las consecuencias emocionales y cognitivas a largo plazo, Bolwby hizo un estudio con jóvenes ladrones que le llevaron a la conclusión de que las relaciones tempranas constituyen un importante factor en la enfermedad mental. Esto es debido a que los niños crean un auto-concepto en el que se ven como no merecedores de ser queridos por los demás. 


El experimento de la situación extraña

Mary Ainsworth (estudiante de John Bowlby) gracias al experimento "La situación extraña" pudo observar las reacciones del niño ante las ausencias de su referente.
Esta investigación consiste en crear una situación donde el niño y su referente compartieran el espacio sin que el adulto interactúe jugando con él, cuando llega una persona extraña que conversa primero con los padres y más tarde se acerca al niño mientras su cuidador se aleja discretamente.
En este punto se observa la reacción del niño al caer en la cuenta de la ausencia de su referente, la persona desconocida intenta calmarle.
A los pocos segundos el cuidador entra de nuevo reconfortando al bebé y vuelve a marcharse.
Esta vez el niño se encuentra solo sin extraño pero el desconocido entra a calmarle y al poco rato vuelve el cuidador principal del niño, esta vez reconfortándolo, cogiéndolo en brazos y calmándolo. El extraño sale sin ser visto.
Los principales aspectos de observación son:

  1. Cantidad de exploración del nuevo espacio (de nuevos juguetes, nuevos rincones...)
  2. Reacciones al ver la salida del cuidador
  3. El nivel de ansiedad cuando el bebé está a solas con el desconocido
  4. Comportamiento en el reencuentro con el cuidador. 

Al finalizar el estudio Mary Ainsworth clasificó cuatro tipos de apego.

Tipos de apego 

Las considero meramente orientativas pues cada niño, cada situación, cada edad responderían a este estudio de una manera particular. 

Apego seguro

Reacciones ante la situación extraña: un niño que tiene un fuerte vínculo con su madre será capaz de explorar libremente mientras su madre esté presente, se adaptará a los extraños, no le gustará que su madre se vaya y se pondrá contento cuando vuelva. Pero un extraño no aliviará su disgusto cuando su madre no esté presente.
Psicológicamente: son más capaces de explorar cuando tienen una seguridad de que sus necesidades serán cubiertas en los momentos que ellos se vean con miedo.
Cuando se atienden sus requerimientos se refuerza la sensación de seguridad. Asumiendo que la asistencia que la madre brinda es la ayuda, el niño aprende para un futuro que esa es la manera de reaccionar cuando alguien lo requiere, ayudándola. Por lo que este es el estilo de apego más adaptativo.
Cómo ocurre: según ciertos investigadores el niño se siente seguro cuando su madre está disponible y abierta a satisfacer sus necesidades de una manera sensible y apropiada para él. Otros autores destacan otros aspectos que también son determinantes como que el comportamiento de los padres también puede afectar al nivel de apego, como pueden ser las reacciones exageradas en respuesta a un accidente como una caída, el nivel de tensión o nervio con el que se le trata en determinadas situaciones (en las comidas, mientras se le duerme), o la relación con otras personas (los abuelos, la profesora, el padre ...).

Apego inseguro ansioso-resistente o ambivalente


Reacciones ante la situación extraña: sufrirán ansiedad tanto en la exploración como en la presencia del desconocido incluso si la madre está presente. Cuando la madre se ausenta el niño sufre mucho estrés y cuando regresa el niño es ambivalente, quiere estar con su madre pero está enfadado y se resiste si su madre le otorga atención empujándola o dejando de agarrarse si ella le levanta.
Cómo ocurre: algunos investigadores afirman que este tipo de apego es un intento de aportar seguridad pero bajo los términos que decide su cuidador. En ocasiones las necesidades del niño son ignoradas para terminar otra actividad y en ocasiones se le otorga más atención de la que el niño requiere para satisfacer las necesidades del adulto.
Psicológicamente: el niño no puede tomar una decisión acerca de lo que quiere. Este tipo de apego es menos deseable que el apego seguro, indica mayor probabilidad de problemas de apego en el futuro.

Apego inseguro ansioso-evitativo


Reacciones ante la situación extraña: evitará o ignorará al cuidador, muestra poca emoción cuando regresa o sale. Puede escapar cuando se acerca y así evitar que le cojan. No explora mucho independientemente de la presencia de un adulto, otro o ninguno y tampoco hay mucha variedad emocional.
Como ocurre: a partir de una crianza de prestación de cuidados. Las necesidades del niño a menudo no se cumplen y él llega a creer que la comunicación de necesidades no tiene influencia sobre el cuidador.

Apego desorganizado-desorientado

En un principio no era parte de la clasificación de Ainsworth pero cuando un compañero se lo propuso aceptó incorporarla.
Reacciones ante la situación extraña: puede llorar durante la separación pero evita a su madre cuando vuelve, o se acerca a ella y se va. Puede realizar comportamientos como mecerse de un lado a otro o golpearse a sí mismos.
Cómo ocurre: ciertos autores han encontrado relación entre los niños con apegos desorganizados y las madres con depresiones graves.


1 comentarios:

  1. Hola, te sugiero una corrección, no identificó 4 tipos, sino 3. El Tipo D es de Main y Salomon (1986-1990)
    Muy buen blog

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