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domingo, 18 de septiembre de 2016

Ambientes y materiales en Infantil (edades de 3 a 6 años)

El espacio de infantil


Entender qué disfrutan los niños y adelantarnos un pequeño paso haciendo alguna propuesta es parte del trabajo de las acompañantes. 

Pero, en realidad, vivimos el día desde la espontaneidad de los niños. Ellos son los grandes creadores y, aunque lo intentemos, siempre van por delante. 

Por eso diseñamos los espacios con conocimiento de su momento y de sus intereses para que a través de esas creaciones puedan ir creciendo y desarrollándose como necesitan en cada momento, en cada emoción y en cada relación.  

Konburg



Espacio psicomotriz

Entre los 3 y 7 años todas las experiencias pasan por el cuerpo. La libertad de movimiento es una necesidad básica en esta etapa de vida. 

El espacio de movimiento no sólo es utilizado para correr o saltar. Es un espacio de encuentro donde la toma de decisiones del grupo toma mucha importancia, es imprescindible tener en cuenta al otro, el espacio que ocupa, su siguiente paso y el juego que realiza. 

En este espacio también se da un uso simbólico y creativo, con dos telas, cojines o una madera se hacen grandes creaciones, se reviven momentos importantes de su vida o se interiorizan las normas del espacio.


Laurence Blockmans Bruxelles



Juego simbólico

Tener un lugar donde representar el hogar es una gran oportunidad para el niño en esta fase imaginativa. 
Este juego tiene varias funciones. Por un lado es una expresión de las primeras relaciones que tiene el niño, su casa. Le proporciona placer y seguridad poder sentir el calor de hogar que a todos nos reconforta. 
Esta sensación se abre a los demás que comparten este espacio como algo seguro y natural y facilita la creación de su identidad grupal. 

Por otro lado resulta un juego terapéutico, al poder cambiar el rol con el que se juega (ahora hago de mamá) se puede vivir desde otro lugar situaciones que pudieron no ser entendidas en el momento y así revivirlas todas las veces que sea necesario y finalmente asimilarlas. 

Seacoast Waldorf School


Vida práctica 

Practicar la vida ¡qué nombre tan bonito! Eso es lo que hacemos constantemente en el espacio de infantil. 
Concretamente en esta zona practicamos cosas reales que hacemos en la vida diaria: llenar una botella, hacer un zumo, partir avellanas, barrer, fregar...

Waypoint Montessori

La autonomía es una de las claves más importantes para la responsabilidad hacia nuestra propia educación. Empezamos desde una tierna edad dando el tiempo, el acompañamiento y los materiales necesarios para poder desarrollarla. 

M

Percepción sensorial

En la parte sensorial, percibimos por placer los matices que nuestro cuerpo nos muestra. Temperaturas, colores, tactos, pesos, olores... 
El conocer las características de las cosas nos va a dar el incio para luego poder clasificarlo, contearlo, añadirlo, y poder así jugar con las leyes de este mundo en el que vivimos. 

LePort Schools
Montessori for everyone

Materiales manuales

Los pulgares son uno de los "inventos" más puramente humanos así que nosotros ¡los usamos! 
La psicomotricidad fina está íntimamente relacionada con el desarrollo de la zona más frontal del cerebro. 
Usar herramientas, dibujar, inventar, construir... Son tareas que nos conectan con quienes somos, con cuánto hemos trabajado en nuestra propia evolución.


Alaya

La casa amarilla

A través de estas pequeñas tareas podemos desarrollar la concentración, las herramientas para gestionar la frustración y sobre todo la confianza en nuestra propia creatividad, en nuestra capacidad de investigar y crear.


Small wonders preschool


Materiales manipulativos 

Las matemáticas, la lectura, la escritura. 
Son recursos que la civilización ha creado para poder desarrollarnos en sociedad
Como pequeños seres sociales estamos expuestos a todos estos recursos y los vamos conociendo de manera escalonada. 
En esta etapa la abstracción es todavía muy primitiva por lo que nos basamos en la lógica, en la similitud, en el orden, en el sonido de las letras...

El placer de la lectura con el acompañante, o la utilidad del uso de las matemáticas, van a ser las semillas que germinarán la motivación que requiere ese trabajo tan necesario para la vida. 


Healthy Beginning Montessori

Montessori Gran Canaria

Ms Lam Montessori
Tigriteando






Bienvenidos al espacio ideal. ¿Estáis listos para conectaros con vosotros mismos?



"El niño no juega para aprender, pero aprende cuando juega." 



domingo, 14 de agosto de 2016

Autonomía ¿que hacemos?

¿Cómo evitamos la autonomía?



Los niños nacen con algo innerente a ellos que es la curiosidad, según van creciendo y van adquiriendo movilidad, vamos cortando la libertad que es promovida por esa curiosidad de diferentes maneras. La principal autora que habla de la autonomía, ya en los bebés es Emmi Pikler.

De bebés comenzamos a asumir sus responsabilidades, si no lo hacemos a esta edad ¿cuando vamos a aprender a ser consecuentes y hacernos cargo de nuestros actos? ¿Cuando vamos a empezar a enseñarles?

Lo primero es diferenciar cuándo realmente nos necesitan y cuando no. Por ello Rebeca Wild diferencia las necesidades de desarrollo y las necesidades de supervivencia.

  • Necesidades de supervivencia: alimento, calor, sueño, aire... 
  • Necesidades de desarrollo: cada persona pasa por diferentes momentos evolutivos y en cada momento necesitamos hacer cosas diferentes. Por ejemplo alrededor del año el niño quiere conquistar el movimiento (andar, subir, bajar, saltar).


En las necesidades de supervivencia somos responsables los adultos (ponerse el cinturón); en las de desarrollo somos responsables de ofrecer el espacio y el material pero qué hacer con ello es responsabilidad del niño (jugar con el agua).




Normalmente buscamos independencia en los cuidados del niño que es justamente donde el respeto y el tacto le hacen sentirse querido, y donde puede ser autónomo interferimos más (por miedo a la frustración o anteponiendo nuestras propias necesidades).







¿Cómo coartamos su libertad de acción cuando son bebés?
  1. Cortando su actividad espontánea: esto esta sucio, esto es de fulanito, eres muy pequeño para, ten cuidado que te puedes...
  2. Limitando el espacio en el que moverse: utilizando elementos por su seguridad, en realidad sirven para que nosotros nos quedemos más tranquilos, (hamaca, maxi cosi, cuna...) evitando que se muevan de un modo espontáneo. 
  3. Dirigiendo su juego: como adultos queremos pasar tiempo con los bebés, les enseñamos a jugar a las palmas, les mostramos los juguetes... Tiene que haber un equilibrio entre este tipo de interacciones y la observación de su actividad
  4. Miedo a su llanto: no diferenciamos cuando un llanto es de dolor, cansancio o hambre de cuando lo es de frustración, enojo o desahogo. Esto produce que el propio niño, a la larga, no sepa diferenciar sus emociones de sus necesidades y cuando, por ejemplo, tenga dominio del lenguaje confundirá lo que quiere pedir porque no sabrá lo que realmente necesita y esto provocará a la larga problemas de comunicación
Debemos establecer un equilibrio entre autonomía y contacto con una constante observación de la respuesta del niño.

Estas acciones las seguimos practicando según van creciendo:
  1. Ahora no es el momento, tienes que hacer esto, no ensucies, no molestes, no hagas ruido...
  2. No salir a la calle, al campo, llevar al niño a espacios que no son adecuados a su desarrollo como centros comerciales o supermercados, pretender que esté mucho tiempo sentado.
  3. Seguimos dirigiendo su juego de diversas maneras, proponiendo actividades que consideramos que intelectualmente necesitará en un futuro pero que no tienen que interesarle demasiado en el momento (música, lectura, dibujo) y evitando otros que le gustan más (el agua, el juego libre). 
  4. Miedo a las emociones: acompañar a los niños en su dolor aunque "no le pase nada", su umbral del dolor es diferente al nuestro y algo que no tiene que parecernos importante puede ser un gran problema para el niño. 




"A los niños les conviene tener una vida ordenada, sobre todo si pueden ordenársela ellos mismos."

Pippi Calzaslargas


jueves, 11 de agosto de 2016

Escritura Montessori: la historia del buey y la casa


Los hombres antiguos crearon herramientas como medio de comunicación, al principio fueron los llamados pictogramas. Estos dibujos representaban fenómenos naturales o se parecían a objetos naturales; pero se prestaban a diferentes interpretaciones por lo que el ser humano fue mejorando su forma de mandar mensajes.

Historia de el buey y la casa


El buey era un animal importante para los egipcios, ofrecía comida al pueblo. Cuando se mataba un buey, su cabeza se colgaba de un lugar alto con los cuernos hacia abajo, para mantener estos cuernos separados la gente colocaba un palo entre ellos. Cuando lo veían quedaba así: A. 
A la cabeza del buey le llamaban Alef (quiere decir cabeza). De esta historia surgió una letra egipcia.

En esa época había también una región llamada “Fenicia”, la gente que vivía allí se dedicaba a comprar y vender cosas, por eso tenían que viajar mucho. Tenían grandes barcos y eran excelentes navegantes.
Por ese entonces la escritura se hacía por medio de dibujos, pero los fenicios, siendo comerciantes, deseaban hacer las cosas muy rápido para poder llegar a otro lugar. Por este motivo inventaron algunos símbolos ayudándose de las cosas que veían en sus viajes.

Estos fenicios tomaron esta alef y la llevaron con sus negocios por todo el mediterráneo, hasta llegar a los griegos que le denominaron Alfa. 

Y así ha llegado a nuestros días como letra A. Cuando nosotros escribimos la letra A escribimos toda esta historia.


Sucedió lo mismo con otras letras. Por ejemplo la letra egipcia que simboliza una casa con jardín, los egipcios llamaban bet a este tipo de casa. 
Cuando llegó a los griegos a través de los fenicios ya tenía algunas transformaciones y le llamaron Beta, para nosotros ahora es solo “B”. 
Esta letra, al igual que todas, siguió cambiando. Los fenicios escribían rápido para hacer todas sus transacciones y era mucho más fácil escribir con ángulos más redondeados. 

Otros ejemplos de las letras que utilizamos hoy son la G griega o la H. G era en un principio la representación de la cabeza de un camello, se derivó la letra de la palabra camello que utilizaban en Egipto (gimail). La letra H era originalmente una cerca, una valla...

El alfabeto se difundió después por el mundo. Uno de los primeros lugares donde se difundió fue en Grecia donde se unieron las dos primeras letras (Alfa-Beta) y se le dio el nombre por el que lo conocemos hoy día. 

Nuestro abecedario, que deriva del latín (dario: lista), consiste en un signo para cada sonido. 

Todas las letras que usamos hoy en día están relacionadas con cosas que eran importantes para la gente, de sus necesidades fueron surgiendo sus inventos. 

Es curioso como, al igual que las personas, todas las cosas cotidianas que usamos a diario sin plantearnos de dónde han venido tienen su propia historia, su evolución, estrechamente relacionada con la nuestra. 


martes, 12 de abril de 2016

De la no directividad a las propuestas Montessori

En entornos de pedagogía activa está pasando cada vez más que se está teniendo una fuerte entrada de la pedagogía Montessori, especialmente en la primaria. 
Nosotras hemos ido viviendo e incorporando este mismo cambio desde la observación de nuestros niños y su estar en el espacio. Todo comenzó como una búsqueda de recursos más cognitivos y al final hemos realizado un pequeño cambio de identidad en el proyecto buscando aire fresco.


Decir que las edades de los niños es entre 7 y 11 años, son edades donde el grupo social y la relación con iguales es muy importante, la identidad colectiva se construye poco a poco pero toma mucha importancia en la propia identidad. 

A nivel grupal


Los niños traían malestar de sus relaciones en casa, de sus relaciones con niños de colegio tradicional, excesos de experiencias no digeridas, excesos de estímulos como pantallas o contactos con su falta de autoestima. 
Cuando algo les resultaba frustrante o les causaba inseguridad, llevaban al grupo por donde algunos decidían. En ocasiones era a través de la dominación o se perdían en un mundo de fantasía vacía que venía de contextos como la televisión y no era algo rico en imaginación y creatividad, aportaba malestar.

A veces se juntaban las dos cosas y, enganchando con un juego que venía de una película común, se hacían dos bandos y el juego era retar constantemente al otro hasta que alguien se sentía herido. 

Esto podría ser fructífero en la construción de las relaciones. En nuestro caso el grupo de niños era pequeño y no se controlan entre sí como puede pasar ante un gran colectivo, el cual diluye las experiencias personales entre muchas.
Mi experiencia en el grupo que vivimos es que hay que debíamos estar muy atentas, se daban situaciones de dominación muy sutiles que pueden ser en el juego o en tomas de decisiones comunes.

Cuando conocíamos a los niños lo suficiente, nos dabamos cuenta de que no estaban aceptando esas condiciones porque es lo que quisieran sino porque querían la aceptación del grupo


Observando esto una y otra vez y debatiendo sobre los límites una y otra vez nosotras decidimos cortarlo.
Les recordamos que son libres de elegir, les invitamos a que reanuden el juego más adelante, lo apuntamos como puntos en la asamblea para que se expresen y tomen decisiones o directamente les decimos que ese juego se ha acabado (da igual si es porque alguien no se está sintiendo bien o porque yo no puedo acompañarlo con la presencia necesaria).

A base de repetir y repetir lo que no pueden hacer (sin decirles lo que sí), se comenzaron a dar situaciones de mucho más respeto, tienen cuidado entre ellos y en las asambleas y en los conflictos se expresan con mayor libertad porque sienten una protección a las coacciones.


En este momento la identidad grupal es muy fuerte; en general tienen un gran sentido de la justicia, se recuerdan mutuamente cuáles son los límites que ellos han decidido y mínimo una vez a la semana quedan desde que acaba el horario del espacio hasta las 20 h en espacios externos sin las normas comunes.
Estas quedadas al principio trajeron conflictos a las asambleas de las mañanas pero poco a poco se fueron espaciando y hemos observando que la ansiedad por la aceptación de niños externos al espacio es mucho menor porque se sienten reforzados y satisfechos con el grupo al que pertenecen. 



A nivel individual


Comenzamos a observar que cuando no había una estructura costaba mucho más trabajo conectar con sus deseos e impulsos más íntimos porque todos los espacios son grupales. Podrían usar los espacios físicos individualmente pero el espacio temporal es grupal y su deseo de formar parte de la identidad del grupo puede más que sus impulsos personales. 

Veíamos que no se sentaban a hacer un trabajo o una investigación sobre algo que solo les interesaba a uno de ellos. Entendían el proyecto como un espacio de relación. Esto es interesante si luego en casa hay un seguimiento y se trabaja la constancia y el esfuerzo como la base para conseguir objetivos, sino nunca hay una profundización del tema que a ellos les causa interés, todo se queda en ideas. 

En nuestro proyecto hemos estado todo el curso incluyendo un espacio de tiempo con materiales obligatorio (montessori o no). 
El tiempo dedicado empezó siendo menor a una hora. A través de tutorías hacemos un seguimiento de sus decisiones, adquieren compromisos con ellos mismos y les acompañamos en la constancia para que los cumplan. Nos da igual si es dibujar o son matemáticas pero es un momento de enfrentarse a quienes somos y que queremos sin otras influencias


Estas ideas vienen de procesos que ha vivido un proyecto amigo durante años, nosotras lo vivimos también y hemos acogido mucha metodología suya que a su vez viene de montessori. 
Al ser algo obligatorio dudamos mucho en incorporarlo pero finalmente decidimos que se daba un espacio de conexión con uno. A veces duele ver quien eres pero mirarte te ayuda a construirte



Los cambios más importantes que hemos visto: 

- La dominación en el grupo era un síntoma de falta de autoestima y en el trabajo individual se expone constantemente. Esto provocó que empezaran a expresarse con enfado de frustración hacia ellos mismos y no hacia los otros como hacían antes. ¡Es un gran paso ver el origen de las cosas!
A la vez se reducía el origen del malestar de los otros niños. 
Ahora ya estamos viendo como se enfrentan a su autoestima, se frustran y se esfuerzan, se alegran y lo comparten.

- Esta alegría provoca que sus investigaciones individuales pasan a ser compartidas en los almuerzos comunes y en el juego posterior. Enriquece mucho las conversaciones y las interacciones contagiando de entusiasmo a los otros compañeros.

- Los juegos posteriores han pasado a ser más colaborativos y enriquecedores, se ven menos interacciones que impliquen esa dominación o reto, aprovechan más el tiempo conjunto.

- Cuando pasa el momento de los materiales deciden volver (o no quieren parar) y usan también los que son más destinados al juego grupal.


Mi conclusión

El crecimiento de un proyecto ha de ir de la mano en como los miembros se sienten al respecto. Esta ha sido la rama en la que nosotras nos hemos apoyado con más fuerza por las dificultades con las que nos encontramos y vemos con perspectiva un cambio muy positivo en los niños y en la fluidez del día.
No a cualquier espacio ni a cualquier grupo de niños o acompañantes le va a funcionar la misma experiencia. Los proyectos son activos y por lo tanto cambiantes, una observación contstante y una reflexión crítica sobre lo que hacemos y lo que no, sin dar por echo ninguna estructura nos ayuda a construirnos y reconstruirnos.


"Una prueba de lo acertado de la intervención educativa es la felicidad del niño"
María Montessori


martes, 26 de enero de 2016

Aprender a usar el baño solo, por propia iniciativa

Las razones por las que decidí esperar a que este proceso se diera naturalmente lo expliqué en este artículo, unos meses después Javi es completamente autónomo en las idas y venidas del baño, a excepción de su soledad, no le gusta ir a hacer las cosas sin compañía. 

Comparto como he vivido este viaje como observadora y compañera. 



El primer día que "controló" le llamó su abuela y tuvieron la siguiente conversación:
-¡He hecho caca y pis en el water!
-¿Vas a hacerla?
-No
-¿Cuando haces caca en el water?
-Cuando quiero

Así se sentía con respecto a sus excrecciones, libre.



Primer intento

Tenía mucho interés en cuentos y palabras escatológicas.
Llevaba más de un mes preguntándome por "chichis" y "pitos" a todas horas y en todo tipo de situaciones.
Todos los días cambiando pañales a los demás niños se ponía a mi lado en una altura que pudiera ver y me preguntaba:
- ¿Él tiene pito?
- ¿Tú que crees?
- Que si
Cuando abríamos el pañal y veíamos que sí me sonreía 
-¡Tiene pito!

Tres meses antes había estado presente en una reunión de profesores donde el tema estrella fueron la caca y el pis.
Ese fin de semana hablaba mucho sobre el tema y le ofrecí ponerse un calzoncillo o un pañal, eligió el calzoncillo y yo lleve un cambio de todo, incluidos zapatos a una reunión familiar con toooda la familia.
Cuando se hizo pis le pregunte
-¿Quieres pañal o calzoncillo?
-pañal - dijo con gran rapidez

Proceso

Tres meses después llegó el verano y con el calorcito la desnudez.

Un día estaba desnudo y quería ir con su padre en horas de trabajo, él trabaja en casa y como le dije que no podía interrumpirle se enfadó y se tiro al suelo llorando. Mientras yo intentaba hablar con él se hizo pis mojándonos a los dos y al suelo.
"No pasa nada" le dije
A los pocos días me comentó:
- "Hago pis en el pañal, o en el water pero si hago pis en el suelo ¡no pasa nada!"
Al día siguiente le comento íntimamente a su tía
- "Me enfadé porque quería ir con papá y me hice pis en el suelo."

Cuidadito con la importancia que mostramos con el pis porque puede dejar de ser un proceso de crecimiento para convertirse en intercambios de amor o de enfado.

En general estaba desnudo por casa y si quería hacer pis salía al jardín. Tardó unas semanas en integrar donde sí podía y donde no.
De hecho aún disfruta del "pis campero"
En casa estaba desnudo y cuando salíamos a la calle o íbamos a dormir le preguntaba si quería ponerse pañal o calzoncillos.

Estuvo una semana que me preguntaba si llevaba pañal y cuando le contestaba que sí entonces se hacía pis en él. Practicó bastante antes de atreverse a dar el salto.

Fase final 

Abrieron la piscina de nuestra comunidad y estaba dentro del agua asumiendo muchos riesgos nuevos para él, metiendo la cara entera dentro del agua y saltando dentro de la piscina.
En un momento en el que solo sobresalía su cabecita me dijo con una gran sonrisa y orgullo
-"Yo soy Javi"
Yo lo escuché como el fin de una fase y el comienzo de otra: sé quién soy y me gusta.

Entonces todo comenzó:
Decidió que no quería pañal ni en la calle ni en la cama.
Yo le recordaba que iba a llevar un recambio de ropa por si se le escapaba el pis o la caca.

El calor y la piscina han ayudado a que se prenda la llama pero no creo que haya sido lo determinante para tomar la decisión, puede que estuviera preparado desde hace dos meses y no se ha decidido hasta ese momento por cualquier motivo. 

Ha sido un verano interesante al ver ese culete tan prieto en un calzoncillo tan pequeño, las cachetadas cariñosas ya no se sentían igual y limpiar su culillo con papel es toda una experiencia. 


Escapes 

Ha habido fugas normales durante todo el proceso pero en Septiembre comenzamos en un proyecto nuevo con nuevos niños más mayores. Eran menos pero cada día era demasiado interesante como para pestañear. 
Entonces se empezó a hacer pis TODOS los días, hasta cuatro veces. 
Se levantaba por las mañanas y no hacía pis en 3 horas hasta que se le escapaba entre saltitos.

Por la noche sólo se le había escapado una vez que se durmió en el coche y no descargó y ahora era repetido. 

Dudé mucho y me preocupé por él. Él recibió nuestra ansiedad y eso no lo mejoró. 
La solución desde casa fue bajar el ritmo: mucho estar en casa por las tardes, intentar no hacer muchas salidas los fines de semana y dedicarme más a él en exclusiva cuando estábamos fuera del espacio. Volver a segurizar con mi presencia y con mucho juego libre de ese que es terapeútico. 

En el momento de hacerse pis el adulto que acompaña en el espacio lo hace con mucho cariño y respeto, facilitando todo lo necesario pero es él quien coge su ropita mojada y la guarda en una bolsa, se limpia el cuerpo y se vuelve a vestir; después coge la fregona que le has preparado y escurrido y limpia lo que se haya caído. 
La repetición de esta experiencia le hizo saber que a veces es más rápido hacer un pis corriendo que hacerse pis por correr. 

Porque queramos o no ellos no tienen nuestro ritmo y son pura emoción que expresan y sacan de la manera que a su cuerpo se le ocurre. 

¿Y en un colegio tradicional?

Yo me pregunto, con esta vivencia que Javi tuvo. ¿Qué hubiera pasado en un colegio?
La mayoría de la zona en la que vivo tiene 27 niños por clase y la profesora no les cambia. 
Tampoco les acompaña al baño individualmente cuando lo necesitan, dudo que desde el tercer día de adaptación en el que sus padres dejan de ir tenga un vínculo lo suficientemente fuerte con los 27 como para que ellos expresen con seguridad que necesitan ir al baño. 
Aparte está la vivencia de cada niño con el water, en algunos casos directamente relacionado con el rechazo del adulto. 
Que controlen esfínteres no quieren decir que se hayan autorregulado. 

Me imagino a un pobre Javi mojado y con la caca, sentado solito esperando en una esquina a que venga una desconocida. 
Nadie les ha presentado y no han cruzado una palabra; entonces le desnuda, le cambia de ropa y le de una bolsita de plástico. 
Después de eso estaría muy bien saber qué escucha Javi sobre esto por parte de su nuevo referente y por parte de su propia madre.  
¿Y si esto se repite dos o tres veces al día durante dos semanas como le pasó al verdadero Javi?

No pasa, pero no porque Javi sea raro sino porque los niños están asustados.
Hemos adelantado un año la escolarización, de 4 a 3 años y les pedimos lo mismo. Pero no SON lo mismo. 

Yo sé que le dedico muchos recursos pero su autoestima y su seguridad en sí mismo es una inversión de futuro que merece la pena más que cualquier otra cosa especialmente porque su actual felicidad depende de ello.