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martes, 22 de enero de 2013

"Duérmete, niño" Dr. Estivill




Para empezar explicar que este post es un cúmulo de reflexiones y preguntas. No es muy clarividente pero entiendo que cada padre ha de informarse y hacer lo que crea mejor para su vida y la de sus hijos. Mis reflexiones son desde el punto de vista materno y profesional. 

La primera pregunta que yo le plantearía a un padre que quiere cambiar los hábitos de sueño de su hijo o simplemente aprender sobre ellos sería ¿para qué? ¿cuál es el objetivo que buscas?
Cada persona buscará lo que más se amolde a sí mismo, unos buscan intimidad, otros comodidad, otros estabilidad emocional, otros naturalidad, otros poner límites...

Teniendo claro esto, haría una segunda pregunta ¿qué estas dispuesto a sacrificar para conseguirlo?
En cualquier decisión que tomes vas a dar prioridad a ciertas cosas y a dejar en segundo plano otras (que no abandonarlas). 

Una vez contestadas estás preguntas tenemos que buscar lo que más se adapte a estas respuestas y elegir un método de crianza.


Con método de crianza me refiero a que cuando nos ponemos de un lado de la balanza debemos sentirnos bien con esa decisión. Haremos las cosas con seguridad teniendo claro que queremos a nuestros hijos y que vamos a hacerlo por ellos. Da igual lo que opine nuestro entorno, nosotros nos hemos informado y hemos visto lo que es mejor para nuestra familia. 
Aunque en ciertos momentos tengamos debilidad y pensemos que no es lo mejor para ellos, la unidad familiar es donde ellos van a crecer y es importante que el conjunto sea sano. Alguna vez pareceremos egoístas, en ocasiones eso es necesario para que nos sintamos bien y podamos darles un tiempo y una educación de calidad.

Y ahora voy a explicar a grandes rasgos qué opino de este libro.

¿En que consiste?


Propone un método conductista de condicionamiento del sueño. 
En su libro explica las necesidades biológicas y los ciclos de sueño que se tienen durante el primer año. 
En teoría un niño cuando duerme necesita tener a su alrededor unos elementos externos de los que depende siempre para conciliar el sueño y propone que estos elementos no dependan nunca del adulto. Por ejemplo, no darle el pecho si se queda dormido, no acunarle en tus brazos, sí darle chupete y un osito de peluche. 
Todo esto se realiza dejando al niño en su propia cuna/cuarto dejando unos tiempos estipulados de llanto.

Pros


Los beneficios que propone son unas rutinas marcadas compatibles con un horario laboral, una intimidad de pareja, descanso prolongado para todos y una seguridad en que el día va a ser de una misma manera, va a tener la misma temporalización. 

Contras


Dejando de lado el echo de que está escrito por una periodista que en la primera página compara a los niños con un exprimidor, voy a enumerar las observaciones que he tenido al leerlo y las que he ido viendo al buscar otras opiniones.

No diferencia edades, ni tipo de lactancia; ni en cuanto a los tiempos ni en cuanto a la adaptación. 
Esto es complicado, personalmente considero que los tiempos son demasiado largos para un bebé y que es poco compatible con una lactancia a demanda.

Es un método ideado para solucionar el insomnio infantil pero su utilización es habitual en niños no diagnosticados. 

En el mundo médico existen discrepancias sobre la credibilidad de sus estudios, buscando un poco encuentras detractores como este, quien propone otro punto de vista sobre los estudios estadísticos y alega otros diferentes.
Tampoco existe un consenso en cuanto a las causas de la muerte súbita pero existe una rama que defiende el colecho como principal prevención al regular aspectos como la temperatura o el ritmo cardiaco del bebé.

Desde el punto de vista educativo no explica que estos niños cuando se les cambia una rutina se descolocan tanto que les crea una gran ansiedad y, por extensión, los padres también la tienen. 
El otro día una compañera me comentaba una situación que vivió en su escuela. Su rutina diaria era: actividad-patio-comida. Ese día adelantaron el patio por la visita de un pianista a la escuela y un niño, cuando volvieron al aula del patio, le explicó a su profesora que no se podía ir a ningún sitio "mira, hemos adelantado el patio para poder ver a esta persona actuar" "no, yo no voy a ningún lado, tenemos que coger el vaso y sentarnos aquí a esperar que venga la comida". La situación le descolocó tanto que no pudo disfrutar de la actividad y a la profesora le costó bastante convencerlo de ir  a verla.  
Esto en una escuela es necesario para llevar un día  a día con 20 niños y hay pocos cambios.
En casa hay que tener en cuenta que todos los padres y las familias tenemos vida social, salimos de casa, tenemos fiestas navideñas, cumpleaños, actividades culturales...

Es un método eficaz para el objetivo que plantea: que el niño duerma en su cuarto. 
Hay personas que piensan que este método trauma a los niños pero es un miedo que todas las madres tendremos en muchos momentos de nuestra vida. Si se hace con seguridad, siendo consciente y habiéndose informado es realmente útil.

Si buscáis un método alternativo os recomiendo el que propone el pediatra Carlos González, en sus libros reflexiona sobre todo un método de crianza de una manera globlal. 




Corrección: Creo que el problema principal no es la rigidez de la rutina, por mi propia experiencia he aprendido que el niño pide a  gritos (literalmente) esta rutina. La cuestión es cómo implementarla y la imposición de esta por parte del adulto. 
Al fin y al cabo es el niño quien la necesita por lo que deberíamos adaptarnos a su proceso de adaptación. 

2 comentarios:

  1. Totalmente de acuerdo. Hay que leer al pediatra Carlos González (su libro "bésame mucho" entre otros, es fantástico) y a la experta psicóloga Sue Gerhardt ("El amor maternal") antes de lanzarse a la corriente del (en mi opinión como madre) equivocado Sr. Estivill.

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    1. La seguridad de los niños es vital para ellos. Este libro es una opción, pero antes de arriesgarnos al síndrome de indefensión aprendida propongamos otras alternativas. Carlos González, Sue Gerhardt o Rosa Mª Jové Montanyola son autores que ofrecen otra visión del niño.

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