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domingo, 8 de marzo de 2015

Corregir el lenguaje

¡Mira lo que hazo!
Mira lo que estoy haciendo
Mira lo que hago...


Cuesta mucho darse cuenta de las reglas que rijen el mundo y mucho más darse cuenta de las excepciones de esas reglas. Si no te lo crees ve un día a hacienda y ten una conversación sobre autónomos, epígrafes, o IRPF...


Comer: como
Beber: bebo
Coger: cojo
Hacer: hazo 


¡Es genial! Ha entendido la regla y la está aplicando en todo lo que encuentra.




" ¡Nooo! ¡Se dice hago! "



Puede que aprenda "hago", recuerda que lo hemos dicho. Pero, ¿que pasará cuando diga barrer? ¿y creer? ¿y atrever? ¿Y que pasará cuando lo diga y nosotros no estemos a su lado? La incertidumbre y la experiencia de haberlo dicho incorrectamente le harán creer que va a volver a equivocarse. Todo tiene un coste y la tartamudez y las inseguridades comienzan en algún momento.



Está construyendo un esquema donde interioriza la regla a través del juego y la repetición, en vez de simplemente imitar el lenguaje de los adultos (hiperregularización verbal).
Cuando ya esté integrada en su lenguaje empezará a observar nuevas cosas y pondrá su mirada en algo que antes no tenía importancia, un nuevo reto: las excepciones


hacer: hago, 
caer: caigo
Romper: roto
apetecer: me apetece 

Van a aprenderlo, sólo necesitan el tiempo suficiente para darse cuenta por sí mismos. Si respetamos ese tiempo y sólo sugerimos todo el proceso será construido por ellos mismos, irán consiguiendo reto tras reto siempre mejorando pues no son los montones de errores lo que importan sino EL acierto, con uno sólo basta para que la balanza se equilibre.

Al principio resulta un poco artificial permitir estos errores y actuar como si no hubiera pasado nada. Yo prefiero no decir nada pero se puede sugerir sin romper el proceso natural del lenguaje.
"He decido Hola" "¿Me has dicho Hola?".


Si esto lo tomamos como una filosofía de vida no necesitarán de nadie que les diga que hacen las cosas bien para estar seguros de sí mismos porque si descubren que se equivocan buscarán la respuesta. Si nosotros confiamos en el futuro y en la capacidad de resolver las situaciones de nuestros niños, ellos mismos confiarán en ellos mismos y en su capacidad de resolver las situaciones.




"Un pájaro posado en un árbol no tiene miedo de que la rama se rompa. Porque su confianza no está en la rama sino en sus propias alas"



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