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domingo, 26 de octubre de 2014

La lactancia después del primer año. Parte 3: educación emocional y gestión de la frustración

El mamar emocional sigue teniendo mucho peso pasado el primer año, lo cual es también una necesidad. Estar un rato sin mamá y darse cuenta de su ausencia resulta muy difícil de asumir; intentar andar como hacen todos los adultos y no saber cómo provoca mucha frustración; que te salgan los dientes y te duela la boca hace que estés más irritable; que intentes desplazarte hasta alguien nuevo y te caigas; que te digan que no te comas esa planta tan apetecible; que no tires el plato con todo lo que aprendes viéndolo caer...
Son situaciones que irán en incremento, cuanto más vean el mundo más expuestos estarán a las dificultades de la vida. Queramos o no los niños tendrán que aprender a gestionar las situaciones que no les gustan.

Para las madres resulta muy difícil encontrar el equilibrio entre aliviar estas situaciones y dejar que sean ellos los que encuentren otros recursos para aminorar ese malestar. Ver el artículo sobre la autonomía.

Esta capacidad de encontrar el equilibrio que va con nosotros entre los dos extremos es la clave de la maternidad. 
En este caso es encontrar el equilibrio entre dar el pecho a demanda hasta que el niño decida (lactancia a término) o tomarse unas pastillas el día del parto que eviten la subida de la leche.

Mi propuesta después de leer sobre Aletha Solter y el llanto Primal es limitar la lactancia. 

La lactancia hace que la madre libere endorfinas y oxitocina (hormonas del placer y el amor) y el niño las consume cuando mama. Esto no produce ningún daño para su estado físico pero sí una pequeña dependencia de "estar mejor" cuando se encuentra con una frustración. 

Se producen dos cosas cuando esto pasa, por un lado una ligera dependencia extra para el niño. Necesita más cuidados de su madre y eso hace que aumente su ansiedad y le distraiga del malestar en vez de liberarlo.
Por otro lado, evita un episodio de llanto terapéutico, este tipo de llanto sí produce una liberación de las situaciones que le producían ansiedad.

La frustración provoca un tipo de llanto que Aletha Solter describe como terapeútico: 

"El llanto terapéutico es un tipo de llanto que realizamos cuando nuestro sistema nervioso está demasiado cargado por estrés acumulado o por un suceso traumático. El llanto es un mecanismo importante de liberación de estrés, que nos ayuda a relajarnos y a devolverle al cuerpo su equilibrio fisiológico. Hay estudios que demuestran que la presión sanguínea, la temperatura corporal y el pulso disminuyen después de haber llorado a gusto. Las ondas cerebrales también se muestran más sincronizadas. Estas medidas indican un estado fisiológico de profunda relajación."

¿Cuándo?

Esto es una elección que tiene que partir de la observación del niño y de nosotras mismas. Hay madres que no disfrutan de la lactancia nocturna, que no pueden dar de mamar durante el día porque van al trabajo, que les da vergüenza hacerlo en público. Cada familia tiene que encontrar el modo sabiendo que es algo que pueden gestionar cada vez más según van creciendo. Se puede hacer de muchas maneras, desde darle de mamar a demanda excepto para conciliar el sueño hasta darle de mamar de 20h a 22h.
Siempre que se satisfaga esa necesidad (que lo sigue siendo) y se sea flexible en alguna situación como un estado de enfermedad. Dejando que el niño sea quien decida cuando terminar, cuando se siente satisfecho. Así evitamos entrar en situaciones que no controla, como es contar hasta diez avisándole de que le vamos a separar.

El equilibrio es de cada familia, en mi caso observé que cuando empezó a andar y se caía me demandaba siempre que le diera el pecho así que decidí que fuera de casa no se lo iba a ofrecer para poder acompañarle de otro modo en sus llantos y sus frustraciones, por lo menos algunas veces. Para mí fue tan evidente que tapaba su llanto y su emoción con mi consuelo...

Aletha Solter habla del momento de dar el pecho para conciliar el sueño: es un momento de conexión con uno mismo y situaciones no asimiladas. Esta conexión con natural con el dolor provoca llantos de desahogo.
También incorporé este cambio en nuestra rutina (y que papá no le meciese en brazos), podía pasarse 40 minutos hasta quedarse dormido y cuando notaba que te ibas te reclamaba de nuevo. Yo lo vivía como algo obligado, no lo disfrutaba y cuando cambiamos fue duro al principio pero pasó y ahora es un momento de compañía que cambió a: ¿me abrazas?

¿Cómo?
  • Cuando se decida cómo se quiere limitar es importante que siempre haya la misma respuesta, lo que al niño le da la certeza de que sabe lo que va a ocurrir, le da seguridad. 
  • No responder a sus demandas de cariño y seguridad como siempre se ha hecho no implica un abandono, es muy importante estar 100% presentes y disponibles en estas situaciones, que estén mucho más atendidos que de costumbre. 
  • Utilizar otros recursos: dar un beso, un abrazo, lavar la herida o hacer cura-sana son maneras de aliviar el dolor. 
  • La clave está en hacerle saber que nos importa, por ejémplo cuándo se cae¿estás bien? y ofrecerle nuestro apoyo ¿qué puedo hacer por tí?
  • No distraerle desde el principio de la emoción que ha provocado ese llanto, 
    • 1º dejo que se exprese con el llanto entre mis brazos y alguna vez (pocas) verbalizo la emoción que detecto. Estás dolorido
    • 2º le invito a expresar qué ha pasado (cuando ya la intensidad del llanto es muy baja y solo quedan los pucheros)Así que te has caido del caballito, claro ¿te impulsabas muy fuerte?. 
    • 3º le ofrezco una manera de dejar de lado el suceso ¿te apetece que vayamos a lavarte la mano? ¿cantamos una canción que te guste?
  • Los comienzos siempre son difíciles y los episodios de llanto pueden ser largos pero están liberando tensión de mucho tiempo atrás. 
Recordar que una vez que se sigue en este camino de acompañar el llanto puede venir porque sí. En realidad el motivo es algo que no importa, sienten la necesidad de descargar y buscarán un pequeño motivo para liberarse, si les aceptamos como son, con sus risas y sus lágrimas todo fluye. 

Y ahora me apetece poner este cartel que me gustó en su día. 

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